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viernes, 7 de febrero de 2020

Color Recipe #1

¡Buenas tardes, minna!

Cuando supe que Norma iba a publicar un Yaoi, no me lo creía, la verdad. Es una editorial que apuesta mucho por los Shonen y los Shojo y nunca les había visto traer un Boys Love, así que estaba muy sorprendido. El aviso de escenas explícitas me parecía un poco exagerado. Ahora veo que no. ¡Comenzamos!


Título: Color Recipe
Saga: Color Recipe #1
Guión: Harada
Traducción: Adrià Saborido
Dibujo: Harada
Editorial: Norma Editorial
Género: Yaoi
Páginas: 190
ISBN: 978-84-679-3869-2
Precio: 9,50 €

Shôkichi es un estilista un poco huraño que trabaja junto al extrovertido Fukusuke, que es el alma de la fiesta. Se llevan como el perro y el gato, pero una noche Shôkichi deja que su compañero se quede en su casa porque pierde el último tren. Durante la noche, Fukusuke se mete en su cama...

Si os digo la verdad, no tengo aún muy clara la impresión que me ha dado este manga. Comenzamos un poco con la historia. Shôkichi es un chico que trabaja como estilista en la peluquería de su amigo Mikado. Un día, mientras reparte planfletos, un chico se ríe del negocio y Shô le suelta un puñetazo.

Lo que menos espera es descubrir que ha pegado a Fukusuke, el nuevo estilista de la peluquería, con el que se pasará todo el día discutiendo. Mientras Shô es profesional y muy serio, Fuku habla con los clientes, les aconseja, les da su opinión... y estos le prefieren a él que al huraño de su compañero.

Sin embargo, Fuku oculta un secreto que tiene mucha relación con Shô. Mientras el chico nuevo ayuda a Shô con un cliente que le acosa, la relación de rivales entre los dos jóvenes deriva en algo más íntimo, pese a toda la información que Shô desconoce del chico que ahora se queda a dormir en su casa.

Y esa es más o menos la historia. El manga nos presenta a Shô, un chico que siempre ha tenido muy buenas notas y es brillante como estilista. Sin embargo, no tiene don de gentes, siempre está serio y dice las cosas sin filtro, algo que no le ayuda a ganar puntos en el mundo del estilismo. Le debe mucho a Mikado, su jefe, por lo que no tolera que nadie se meta con él o se ría de su negocio.

Cuando Fuku se burla de Shô, diciendo que no deben de trabajar mucho cuando el estilista está en la calle dando panfletos, el otro no se corta y le suelta un puñetazo sin avisar. Lo que no sabe es que acaba de pegar a su nuevo compañero, el cual atrae a más clientela por su don de gentes y su sonrisa siempre alegre.

Al poco de empezar en el negocio, Shô se encarga de hacerle un control a Fuku y este pierde el tren, por lo que el chico le ofrece quedarse en su casa. Esa noche, Fuku se emborracha y, en mitad de la noche, se pajea en la cara de Shô, que se despierta poco antes de que el otro termine. Ese primer episodio implica un nuevo puñetazo, aunque extrañamente los dos siguen discutiendo como es habitual.

Poco tiempo después, Fuku es testigo de cómo un cliente invita a comer a Shô, que es incapaz de decir que no porque no quiere perder más clientela. Lo que el chico no quiere admitir es que ese cliente le está acosando y el Fuku quien se encarga de hacérselo ver cuando Shô comienza a recibir llamadas de números desconocidos y encuentra un condón usado en su puerta.

De esta forma, los dos chicos comienzan a acercarse, ya que Shô, pese a su forma de ser seria y huraña, es un chico sensible al que le cuesta mucho aceptar los rechazos y los desprecios. Fuku siempre estará ahí para animarle y aproximarse aún más, pese a que el otro chico desconoce muchas facetas de la mente calculadora del nuevo estilista.

La verdad es que ese primer momento de Fuku cascándosela en casa de Shô me dejó un poco frío, principalmente por la depravación del momento. No me gustan los personajes que llevan esa depravación al nivel de psicopatía, y tras lo que se descubre después de Fuku, me ha gustado todavía menos. Shô, en cambio, sí que me ha gustado, porque él mismo sabe que no tiene facilidad para socializar y lo pasa muy mal, ya que a nivel profesional es un estilista fuera de serie.

Dentro de la peluquería, conocemos a Mikado, un chico que dejó su antigua empresa para empezar una peluquería desde cero y le dio un voto de confianza a Shô. Por este motivo, el chico le admira un montón y no tolera que nadie diga cosas malas de Mikado. También está Riku, un chico que apariencia de chica que es un experto en maquillaje. Al principio me caía muy bien, pero luego muestra una faceta que no me gustó nada.

En temas de dibujo, es un Yaoi explícito, como bien dice la etiqueta que viene en el envoltorio. Los personajes tienen un estilo muy realista, aunque encontramos muchas escenas de expresiones exageradas y divertidas. No hay censura y encontramos momentos realmente sexuales, yo ya lo aviso.

En general, es una historia que me ha gustado, pero tampoco me ha parecido una gran obra de arte como pasa con otros Yaois. Me pasa lo mismo que con Pájaro que trina, no vuela: es una historia con momentos demasiado depravados que me desagradan bastante. Ya veré si leo el segundo. ¡Nos vemos!

 

Nota: 4/6






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