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domingo, 8 de septiembre de 2019

Ayanashi #1

¡Buenas tardes, minna!

Este manga salió a principios de año, pero todavía no me había decidido a leerlo. Cuando vi que iban a sacar el segundo, me decanté por devorarlo para ver si valía la pena o no. Sinceramente, me ha gustado pero aún tiene que convencerme. ¡Empezamos!


Título: Ayanashi
Saga: Ayanashi #1
Guión: Yukihiro Kajimoto
Traducción: Carlos Mingo e Irene Tellería
Dibujo: Yukihiro Kajimoto
Editorial: Norma Editorial
Género: Shonen
Páginas: 220
ISBN: 978-84-679-3568-4
Precio: 8,00 €

Sierra, la hermana mayor, y Torin, el pequeño, viven en una "comunidad" subterránea. Un día descubren, oculto en un cobertizo en el puerto, a un misterioso chico lleno de heridas. El chico, que dice llamarse Holo, comienza poco a poco a hacer amistad con los hermanos pero, en ese momento, una amenaza de la superficie se cierne sobre la comunidad. Tanto la comunidad como sus habitantes son asaltados por un monstruo. Entonces, Holo enciende una llama en la pequeña espada que porta en su brazo derecho y...

Nos encontramos en un mundo donde las personas viven en comunidades subterráneas, protegidas de los terribles ogros que viven en la superficie. Sierra y Torin son dos hermanos que, un día mientras buscan un cubo perdido, encuentran a Holo en una choza abandonada junto al río. El chico está lleno de heridas y parece inconsciente, pero cuando Torin le ataca reacciona y le golpea.

Aunque los dos hermanos al principio se asustan, pronto deciden hacerse amigos de ese extraño chico con mirada agresiva y aprensión a ser tocado por otros humanos. Lo que no esperan es que, poco después, uno de esos temibles ogros destruya la gran puerta de la comunidad y entre, extendiendo el miasma que produce su cuerpo y pudriendo todo lo que toca.

Con su pequeña espada de mano, una hoja envuelta en llamas, Holo deja clara su condición de Ayanashi, un tipo de persona que se ha criado en la superficie. Muchos Ayanashi son criminales que fueron expulsados, por lo que Holo se tendrá que marchar de la comunidad con algo en mente: buscar al asesino de su hermano y acabar con él.

Y esa es más o menos la historia. Todo comienza en la comunidad donde viven Sierra y Torin, una gran ciudad excavada en una gruta a la que le llega un poco de luz de la superficie. Mientras cargan agua con un cubo, un buho asusta a Sierra y esta deja caer el cubo. Cuando llegan a la zona más profunda de la comunidad, por donde pasa un río, encuentran una cabaña abandonada y, dentro, un chico inconsciente.

En ese momento, Torin toca al joven y este despierta, atacándole. Pese a ese susto inicial, los dos hermanos vuelven y deciden ayudar a Holo, que es el nombre del chico y dueño del ave, a aprender a vivir en una comunidad y tolerar el tacto de los humanos. Lo que no esperan es que, días después, la gran puerta que protege la comunidad caía, destruida por un ogro. Esa criatura, procedente del exterior, trae consigo la miasma oscura que genera su cuerpo y que roba la energía a la gente. Además, el contacto con la criatura descompone toda sustancia orgánica, incluidos los humanos.

Para sorpresa de todos, Holo desenfunda la hoja oculta que porta en la muñeca, prendiéndola en llamas y acabando con el monstruo. En ese momento queda claro que el chico es un Ayanashi, una persona que se ha criado en el exterior y que se encarga de viajar entre comunidades, tanto como guardaespaldas (o mercenario) como mensajero. Sin embargo, todos saben que los Ayanashi no son normales: muchos son criminales desterrados, asesinos sin escrúpulos y locos suicidas. Sabiendo que no es bienvenido, Holo decide marcharse, pese a que Sierra sufre al verle irse.

Ese es el principio del manga, pero nos ayuda a entender un poco qué son los Ayanashi y los ogros. Los primeros son personas que han entrenado y sobrevivido en el exterior, llegando a crear una gran organización que se encarga de acabar con los ogros y mantener el contacto entre las comunidades. Todos aprender a luchar con armas cuerpo a cuerpo y envueltas en llamas, ya que los ogros no pueden ser heridos con armas a distancia y el fuego aleja la miasma que desprenden y que roba la energía a las personas.

De los ogros tampoco sabemos aún tanto, pero lo básico es lo siguiente: su tacto descompone todo lo que tocan; su cuerpo genera miasma, en forma de sombra oscura que drena la energía; pueden medir desde el tamaño de un humano hasta la inmensa mole de un gigante; no siempre tienen forma humanoide; no se guían por la luz, sino por los rastros de vida; y sus cuerpos solo pueden ser destruidos por ataques cuerpo a cuerpo (no dejan muy claro el por qué).

El trabajo de Holo como Ayanashi es el ya explicado, aunque su principal labor es buscar zonas con muchos ogros y acabar con ellos. Sin embargo, el chico vive en un trauma permanente que le tiene completamente ido: su hermano fue asesinado por un hombre de un solo ojo antes de ser arrojado por una grieta (así llegó al cobertizo), por lo que ahora su ansia vital es encontrar a ese hombre y matarlo, pese a las órdenes de su superior y los posibles deseos de su hermano Rico, que seguramente no querría que Holo viviese tan al límite de sus fuerzas.

En tema de dibujo, nos encontramos con un Shonen un tanto oscuro. Las escenas de acción no han terminado de convencerme, más que nada porque muchos movimientos no están nada claros y no permiten seguir los pasos y ataques de los contrincantes. En el estilo la cosa cambia: tanto el diseño de los ogros como el de los personajes (incluida la expresión de rabia de Holo) están muy logrados, por lo que le da muchos puntos. Como en otros mangas, los momentos del pasado tienen el marco negro característico.

Y eso os contaré. Es una historia por la que tengo sentimientos encontrados, ya que me ha gustado y a la vez, el tema de los movimientos en batalla me ha decepcionado un poco. Es posible que la cosa avance más adelante, por lo que le daré una oportunidad, a ver si logra sorprenderme. ¡Nos vemos!



Nota: 4/6








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