Devorador de Mangas: Im. El sumo sacerdote Imhotep #3

¡Buenas tardes, minna!

Regreso con una nueva reseña de Im, la saga sobre un sacerdote egipcio resucitado cuya misión es subsanar el gran mal que liberó. La verdad es que es una historia que me está enganchando con cada tomo, así que espero poder hacerla poco a poco. ¡Comenzamos!

Título: Im. El sumo sacerdote Imhotep

Saga: Im. El sumo sacerdote Imhotep #3

Guión: Makoto Morishita

Traducción: Jesús Espí

Dibujo: Makoto Morishita

Editorial: Norma Editorial

Género: Shonen

Páginas: 176

ISBN: 978-84-679-3559-2

Precio: 8,00 €

Tras la visita de lord Jonsu, Imhotep debe hacer frente a su terrible destino… Y al amargo reencuentro con el que, un día, fue su amigo. ¿Será capaz de terminar lo que empezó hace 3.000 años?

De acuerdo, comenzamos con la historia. Tras descubrir lo que realmente ocurrió en el pasado, Hinome no entiende por qué la Enéada obliga a Im a volver a matar a su amigo, cuyo cuerpo sigue custodiado en una de las sedes principales de los Sacerdotes de Amón.

Como su sino de vida indica, Im debe ser el que repita el hechizo prohibido Damnatio Memoriae, el cual utilizó para intentar acabar con el miasma infernal y salvar a Zoser, y ahora borrar la existencia de su amigo, el cual se ha convertido en el rey de los magai. Para colmo, está obteniendo más poder de los adeptos que le rinden culto y lo tratan de faraón inmortal.

Lo que Im no espera es que, justo el día anterior al de su partida a Egipto, se encuentre a Zoser en mitad de la calle y este intente matarlo. El enfrentamiento, en el que también se verá implicado Harugo, será el reencuentro mortal entre los dos amigos. Im deberá apartar la alegría y nostalgia de ver a Zoser y tendrá que acabar con él por el bien de la humanidad y de los amigos que aún siguen con vida.

Y esa es más o menos la historia de este tomo. Retomamos la trama justo después de descubrir que Im, tratando de salvar a su amigo, destruyó las mismísimas puertas del Infierno al perder el control sobre el hechizo prohibido. Zoser, además, fue sacrificado y su cuerpo absorbió el miasma infernal, convirtiéndose en una criatura poseída por la oscuridad y que atrajo a los magai.

Siglos después, el cuerpo de Zoser sigue cautivo, pero Im tiene como misión acabar con los magai a los que permitió salir del infierno. Las nuevas órdenes de la Enéada son claras: sabiendo que existen adoradores de Zoser que intentan infiltrarse entre los Sacerdotes de Amón, el chico deberá utilizar de nuevo el hechizo Damnatio Memoriae y borrar la existencia de Zoser. Solo él es capaz de hacerlo, por mucho que le duela tener que matar de nuevo a su amigo.

Lo que nadie sabe es que el alma de Zoser ya se ha liberado. Cuando Im, a un día de regresar a Egipto, decide pasear por la noche, se encuentra con su antiguo amigo, que trata de arrastrarlo a la oscuridad para acabar con él. Justo cuando todo parece perdido, aparece Harugo, el sacerdote que había atacado en el templo a Im y el cual ha sido herido previamente por Harugo.

Juntos, los dos sacerdotes se enfrentan al faraón oscuro, pero sus técnicas no son suficientes. Además, Im no es capaz de atacar a matar, ya que la alegría de volver a ver a su mejor amigo le pueden. Cuando Harugo le abre los ojos, haciéndole entender que, si no mata a Zoser, todos sus nuevos amigos morirán, Im decide actuar.

Y el enfrentamiento no solo les afectará a ellos. Lord Josun aparece en el momento crítico, acompañado de Lato y Sed, sus dos guardaespaldas. Ambos son luchadores de élite experimentados que cuentan con la protección de dos divinidades guerreras: Neith y Upuaut. De esta forma, el enfrentamiento cambia de dirección, aunque Zoser aún tiene muchos ases bajo la manga.

La verdad es que es un tomo que se centra principalmente en el enfrentamiento contra Zoser. Tras descubrir que ha sido liberado, al menos en alma, Im y Harugo dejan sus diferencias a un lado para poder enfrentarse al poderoso faraón y su manipulación de la gravedad y los agujeros negros. La llegada de los dos sacerdotes de élite también ayuda, ya que ambos son capaces de igualar a Zoser.

En este tomo Hinome apenas tiene importancia, salvo en el capítulo final, que se centra más en la decisión de la joven en ayudar a Im. Descubrimos nuevos poderes y cómo se forman las filas de los Sacerdotes de Amón, en ocasiones mediante métodos de manipulación y fomento del odio.

Y eso os contaré. La verdad es que la escena final es bastante impactante y da ganas de seguir leyendo, así que espero hacerme pronto con el siguiente. De momento, en español hay 11 publicados, pero no sé cuántos serán en total. Mi cartera llora jajaja. ¡Nos vemos!