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miércoles, 8 de julio de 2020

Museum. The serial killer is laughing in the rain #2

¡Buenas tardes, minna!

Como ya comenté, voy a leer la trilogía de Museum más o menos rápido, ya que tengo los tres tomos y promete bastante. Este segundo tomo igual ha bajado el nivel, pero era necesario para conocer un poco más al sargento Sawamura. ¡Comenzamos!


Título: Museum. The serial killer is laughing in the rain
Saga: Museum. The serial killer is laughing in the rain #2
Guión: Ryousuke Tomoe
Traducción: Maite Madinabeitia
Dibujo: Ryousuke Tomoe
Editorial: Norma Editorial
Género: Seinen
Páginas: 232
ISBN: 978-84-679-2228-8
Precio: 9,50 €

El inspector de policía Sawamura está decidido a detener al brutal asesino que está sembrando el terror entre la población. Y es que, por si no bastara con sus atroces crímenes, el despiadado asesino tiene un nuevo objetivo: la familia de su perseguidor.

De acuerdo, comenzamos con la trama. Tras su enfrentamiento contra el enmascarado, Sawamura intenta salvar a Nishino, su compañero, pero no consigue alcanzarlo y el hombre muere tras caer del edificio. Sabiendo que estaba fuera del caso, Sawamura es expedientado, por lo que se da a la fuga.

Un recuerdo de su encontronazo con el asesino le da una posible pista. Su enemigo, en cuanto salió el sol, comenzó a rascarse. Esa reacción alérgica le permitirá encontrar a un sospechoso, sin saber que terminará siendo atrapado por su enemigo.

Mientras lucha por resolver un puzzle que podría acercarle más a su familia, el resto de la policía metropolitana seguirá los pasos de Sawamura, encontrando un nuevo desaparecido y, con suerte, a su compañero antes de que sea demasiado tarde.

Y esa es más o menos la trama. Todo comienza con Sawamura viendo cómo el asesino suelta a Nishino desde lo alto de un edificio. Aunque el sargento intenta salvar a su compañero, no llega a tiempo y ve cómo cae y muere. Cuando llega el resto de la policía, Sawamura es interrogado y expedientado por pedir documentos de la investigación. En ese momento, decide arriesgarse y escapar de sus compañeros.

Mientras espera a que el asesino vaya a por él, ya que le quiere vivo, compra un arma ilegal y busca pistas sobre su enemigo. Durante su conversación en la azotea, justo cuando había dejado de llover, el asesino se había rascado extrañamente y había huido con prisa. Esa pista le lleva a investigar sobre afecciones a la piel por culpa del sol.

Sin embargo, se confía demasiado. Cuando encuentra a un posible sospechoso y acude a su casa con un arma ilegal, lo que menos espera es terminar en una celda. La única forma de salir es meter la contraseña correcta en la cerradura. Y la respuesta, misteriosamente, está en un puzzle que sostiene un maniquí de su hijo.

Mientras piensa en todo lo que ha pasado, recuerda por qué se hizo policía y los problemas que ha tenido con su familia debido al trabajo. Al igual que si padre, dejó de lado a sus seres queridos para proteger a otros, cuando el peligro estaba demasiado cerca de su propia casa.

A su vez, el inspector del caso sigue los pasos de Sawamura. La primera parada es donde compró la pistola, después qué investigó y, por último, el hospital donde buscó pacientes con afecciones cutáneas. Misteriosamente, el médico que se reunió con Sawamura ha desaparecido.

Y eso os contaré de este tomo. La verdad es que hay una escena del asesino que me ha dado muy mal rollo, sobre todo por lo que implica en el cautiverio de Sawamura y en la forma que tiene de mantenerlo con vida. Además, en este tomo contamos con una breve historia del autor que fue ganadora del 61º certamen del premio Tetsuya Chiba para nuevos autores. Ha sido original, aunque no me gusta que engorden los mangas así.

Ya solo nos queda un tomo para saber cómo termina todo. He de admitir que el asesino es un psicópata de cuidado, sobre todo porque se considera un artista y porque hace todo para recuperar su autoría del crimen original. En nada leeré el tercer tomo, que siento curiosidad por ver cómo termina todo. ¡Nos vemos!


Nota: 5/6


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