¡Buenas tardes, minna!
Ya vuelvo de estas vacaciones, que entre cursos y otras cosas apenas tenía tiempo de hacer reseñas. Aunque he tardado, aquí vuelvo con el siguiente tomo de T&M, esa divertida saga en la que todos los monstruos pueden formar parte de un exquisito plato culinario. ¡Vamos allá!
Título: Tragones y Mazmorras
Saga: Tragones y Mazmorras #3
Guión: Ryôko Kui
Traducción: Marc Bernabé
Dibujo: Ryôko Kui
Editorial: Milky Way Ediciones
Género: Shonen
Páginas: 192
ISBN: 978-84-16960-47-7
Precio: 8,50 €
El nivel 4 del subsuelo es un campo marino lleno de criaturas fascinantes. Sirenas, ondinas, sapos gigantes... ¿Lograrán Laios y compañía salir victoriosos? Y lo más importante... ¡¡¿Serán comestibles los monstruos de este nivel?!! Además, nuestros valientes guerreros se encontrarán con un viejo conocido.
Vale, retomemos la aventura. Como ya he comentado, aunque esta saga tiene una trama lineal, cada capítulo es una aventura, así que explicaré la historia y el manga todo junto en una reseña más breve. Tras haber sobrevivido a los golems de cultivo, a los mímicos sangrientos, después de confraternizar con los orcos y ser engañados por el kelpie Annie, nuestro grupo llega al cuarto subsuelo de la mazmorra.
Gracias al hechizo de Marcille para caminar sobre el agua, la nueva zona parece sencilla, pero nada más lejos de la realidad. El grupo de aventureros que fueron atacados por los bichos monederos sufren esta nueva amenaza, pero Laios y sus amigos encuentran una especie con la que experimentar. Junto al trigo hallado en los cadáveres de los aventureros "de apariencia familiar", nuestros protagonistas se enfrentan a los hombres-pez. Este monstruo presenta un dilema: ¿son más animales o más humanos? ¿Es ético comerlos?
Sin embargo, la elevada presencia de peces cortantes y hombres-pez responde a un cambio en la dinámica del ecosistema acuático. El kraken que vivía en las profundidades del lago ha despertado y se alimenta de todo ser viviente que campa por el lugar, incluidos nuestros protagonistas. Laios, que no pierde la oportunidad, aprende algo nuevo: los bichos grandes tienen parásitos grandes.
Si el kraken no era suficiente, Marcille enfada por error a una ondina, un espíritu del agua, que la ataca y hiere de gravedad. Sin magia suficiente, la elfa no es más que un estorbo para el grupo, pero la aparición de una antigua compañera cambia las tornas. Como pago por curar a Marcille, Laios y Senshi acompañan a dos eruditos en busca de unas misteriosas runas élficas, protegidas por plantas colgantes peligrosas.
De esta manera, Laios, Marcille, Chilchack y Senshi avanzan por la mazmorra en busca del dragón rojo que se comió a Farin y que echó a los ogros de su ciudad en el quinto novel subterráneo. Mientras descubren nuevas utilidades de los monstruos, además de ser un buen alimento, también conocemos un poco más a nuestros personajes.
Marcille, por ejemplo, era una alumna de matricula en la escuela de magia. La joven tenía como sueño construir mazmorras artificiales, llenas de monstruos útiles y vigilados, como las mazmorras. Sin embargo, hasta que no conoció a una joven estudiante marginada, no aprendió la importancia de las dinámicas en los ecosistemas y cómo todos los monstruos forman una cadena vital.
Otro aspecto que me ha gustado es que traten el tema de la resurrección. Según afirma Laios, todo el que muere en la superficie es enterrado. Sin embargo, existe una ley no escrita que permite resucitar a los que mueren en la mazmorra. Senshi, que odia la magia, no lo ve apropiado, pero uno de los eruditos explica la teoría de que, en la mazmorra, el alma no consigue escapar del cuerpo por algún extraño fenómeno, de ahí que los hechizos de resurrección sean posibles.
Y eso os contaré. Este tomo me ha gustado mucho porque se centra en los monstruos marinos: hombres-pez, ondinas, sirenas, el kraken... Eso sí, el parásito que sacan del calamar gigante me dio muy mal rollo, no como a Laios. El cierre del tomo es muy divertido, sobre todo por las pintas con las que el grupo llega al quinto nivel. Ya os lo contaré en la siguiente reseña. ¡Nos vemos!
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