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sábado, 8 de junio de 2019

Sombras sobre Shimanami #3

¡Buenas tardes, minna!

La verdad es que mi cuerpo pedía leer este manga (y el cuarto lo compraré pronto). Sombras sobre Shimanami es una historia que marca desde el primer tomo, pero creo que este tercero me ha provocado unos niveles de angustia bastante reseñables. ¡Vamos con ello!


Título: Sombras sobre Shimanami
Saga: Sombras sobre Shimanami #3
Guión: Yuhki Kamatami
Traducción: Ana María Caro
Dibujo: Yuhki Kamatami
Editorial: Tomodomo
Género: Seinen
Páginas: 176
ISBN: 978-84-16188-69-7
Precio: 8,50 €

El nuevo trimestre llega sin que se hayan disipado los malos recuerdos que ha dejado el verano. Tsubaki invita a Tasuku a hacer juntos un trabajo para el festival cultural del instituto. Tasuku, en una nube, accede de buen grado. Sin embargo, al oír a Tsubaki mofarse de los miembros de El Consultorio, no puede evitar sentirse triste y ofendido. Al mismo tiempo, intuye que, tras las palabras de Tsubaki, tal vez se oculten los mismos sentimientos que él mismo albergaba.
Por otro lado, Utsumi se encuentra con una antigua compañera del instituto, Koyama. A pesar de ser consciente de que ahora Utsumi está haciendo su vida como un hombre, Koyama insiste en inmiscuirse en su privacidad. Pero ¿cómo enfrentarse a una buena voluntad que puede ser más dañina que la peor de las ofensas?

De acuerdo, retomamos un poco la historia. Tras aceptar su sexualidad, Tasuku sigue realizando sus actividades con los miembros de la Asamblea Gatuna. Aunque se siente culpable por haber presionado a Masora, Haruka y Utsumi le quitan importancia, alegando que las intenciones del chico eran buenas. Además, Tasuku teme que Tsubaki, el chico que le gusta, escuchase a Misora llamarle maricón de mierda, pero su amigo actúa como si no hubiese pasado nada.

Sin embargo, las cosas se complican cuanto más tiempo pasa Tasuku con Tsubaki. Aunque el chico es muy enérgico y es buen chico, a veces la situación se vuelve desagradable cuando habla de los miembros de la Asamblea Gatuna, tachándoles de raritos y diciendo que le dan grima. Aunque Tasuku se calla y no explota, hay personas que sí lo hacen ante estas situaciones.

Utsumi, por su parte, también tiene que pasar un mal trago. Durante uno de los talleres de la asamblea, aparece una antigua compañera de clase y del equipo femenino de voleibol, la cual remarca que por fin Natsumi, o Utsumi, es un "hombre de verdad".

Y la historia discurre en esos temas. Comenzamos con el personaje que comparte protagonismo con Tasuku en este tomo. En el primero fue Haruka y en el segundo Misora; en este, le toca el turno a Utsumi, otro de los miembros de la Asamblea Gatuna. Durante uno de los talleres que organizan, en los cuales la gente de la zona puede ayudar y pasarlo bien, Utsumi coincide con Koyama, una antigua compañera del instituto. Aunque la conversación al principio es normal, todos se tensan cuando la mujer dice que Utsumi al fin es un "hombre de verdad". Además, le llama Natsumi, su nombre cuando era una chica.

Si la situación no era suficientemente incómoda, Koyama decide participar más en la Asamblea Gatuna junto a su hija, Mai, la cual siempre tiene una expresión triste en compañía de su madre. Aunque Haruka no aguanta el comportamiento de la mujer y Tasuku también recibe algunas preguntas muy molestas, ninguno dice nada por Utsumi, el cual afirma que la intención de la mujer no es mala. Sin embargo, el exceso de frases sobre su "trastorno mental" y la "aceptación de ese tipo de gente" llegan a ser dolorosas.

Por otro lado, tenemos la trama de Tasuku. Durante las actividades del taller también aparecen Tsubaki y su padre, el cual es el proveedor de material. Aunque el chico actúa normal con Tasuku, las preguntas de Koyama sobre la sexualidad de Tasuku le hacen pasar mal rato. Aunque piensa que Tsubaki no escuchó el insulto de Misora, durante una reunión del comité Tsubaki saca el tema e intenta indagar, pero Tasuku consigue esquivar la pregunta.

Además, Tasuku es feliz pasando más tiempo con Tsubaki, el cual le ha invitado varios días para hacer planes y buscar fotos para sus deberes de instituto, que consisten en buscar sitios de Onomichi y alrededores que representen el camino de Shimanami, el cual he descubierto que es un camino turístico (sobre todo para ciclistas). Lo que Tasuku no espera son los comentarios despectivos de Tsubaki sobre los miembros de la Asamblea Gatuna y el colectivo en general, diciendo que le dan grima. En esos momentos, Tasuku se calla pero guarda mucha rabia interior, que no tarda en estallar.

La verdad es que en este tomo nos pintan a Tsubaki como un personaje muy dispar. Es buen chico, parece sentir mucha cercanía con Tasuku y lo pasan bien, pero luego suelta su gran frase y arruina el momento. Sin embargo, tiene una conversación por casualidad con Nadie, donde vemos el verdadero motivo de por qué se comporta así. Aunque no lo dejan claro, la rabia que expresa tras la conversación y la forma en que hace daño a Tasuku muestran que esconde algo y tiene miedo de aceptarlo (¿igual su sexualidad?).

Por otro lado, me ha gustado mucho Utsumi. Nos cuentan que en el instituto era una chica que se cambió de género, pasando de Natsumi a Utsumi. Sin embargo, tiene recuerdos dolorosos, así como culpabilidad por intentar sentirse superior a un compañero con el objetivo de no odiarse a sí mismo. Cuando Koyama aparece y remueve toda la mierda, el chico aguanta siempre con una sonrisa, hasta que no puede más. En ese momento, Tasuku aprende una gran lección: no hay que sentirse superior a los demás ni dejar que los demás sean superiores a ti; además, hay que defenderse a uno mismo y a los que te importan, sea quien sea el causante del daño.

Y eso os contaré. El estilo de dibujo no ha cambiado, pero sigo recalcando que la expresividad metafórica de cómo se sienten los personajes me sigue gustando mucho. En este caso, Tasuku no termina de entender a Tsubaki, por lo que a veces le representa como el piloto de un ovni, un tema que le gusta a Tasuku y que representa lo desconocido.

Creo que con esto acabo la reseña. La verdad es que este tomo me pilla mucho más cercano por el tema de Tsubaki, por el odio interno hacia sí mismo que a veces le convierte en mala persona. Lo único bonito del tomo es la última página; todo lo demás es una montaña rusa de sentimientos y tensión. A ver cómo sigue el cuarto tomo. ¡Nos vemos!


Nota: 6/6


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