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martes, 24 de septiembre de 2019

Zinzyde

¡Buenas tardes, minna!

Hace bastante tiempo que tengo este manga, pero no me había decidido a leerlo hasta ahora. No he leído ninguna reseña, por lo que no sabía que iba a encontrar. En esta reseña os cuento más. ¡Vamos allá!


Título: Zinzyde
Saga: Tomo único
Guión: Klaux
Dibujo: Klaux
Editorial: Fandogamia
Género: Yaoi
Páginas: 208
ISBN: 978-84-17058-18-0
Precio: 8,00 €

Cuando escuches el aullido de los lobos, cuando el viento ruja con tanta fuerza como un volcán, cuando se acerque, monstruosa, desde la montaña...
Corre. Zinzyde llega.
Busca refugio en las murallas sin mirar atrás, pues la Diosa desciende, hambrienta, lista para cazar.

De acuerdo, vamos con la historia. Nuestros protagonistas, Zima y Sanya, son dos jóvenes que se conocen desde pequeños. Cuidándose el uno al otro, han crecido hasta tomar caminos separados. Mientras Sanya aspira a ser capitán de la ciudad, Zima se ha unido a un grupo de ladrones que se denominan los lobos.

Pese a formar parte de dos bandos enfrentados, los dos chicos encuentran momentos para estar juntos, olvidando sus deberes y disfrutando del amor del otro. Sin embargo, en una de sus escapadas, el capitán de Sanya les descubre y amenazaba a su subordinado con ejecutar a ambos si vuelve a verlos juntos.

Mientras Sanya intenta alejar a Zima con ataque mordaces, el clan de los lobos decide atacar la ciudad antes de que la gran tormenta, Zinzyde, traiga un invierno mortal a su guarida. La lucha por la llave maestra, que mantiene a salvo la ciudad con sus torres y el fuego, será el punto definitivo que decidirá qué bandos sobrevive a la ira de la Diosa.

Y esa es más o menos la historia. Todo ocurre en la ciudad que se encuentra en la región del norte, con la llegada de Zinzyde, una gran tormenta helada que arrasa todo a su paso. En la ciudad existe una llave maestra y unos mecanismos que encienden el fuego de las murallas, manteniendo a salvo a sus ciudadanos. Para proteger dichos mecanismos existe la guardia, a la que pertenece Sanya, un chico con aspiraciones a capitán.

Sin embargo, no cumple del todo con su deber: pese a que debe mantener en paz la ciudad, se ve con Zima, un joven delincuente que entra a la comunidad a robar. Los dos chicos, amigos de la infancia y amantes, siempre buscan momentos de intimidad para estar juntos, pese a que sus jefes no lo aprobarían. Mientras Sanya es un guardia, Zima pertenece a los lobos, un grupo de ladrones y asesinos que pretenden robar la llave maestra de la ciudad.

Cuando Resk, el capitán de la guardia, encuentra a Sanya en uno de sus encuentros con Zima, le amenaza con ejecutar a ambos si vuelve a verlos juntos. Zima, que acude al nombramiento de capitán de su amado, termina regresando a su guarida con las palabras hirientes de Sanya en su cabeza. Esa traición, junto a la influencia de Heinryk, su padre adoptivo y líder del grupo, hace que el chico traicione a Sanya y entre a robar la llave.

Con la gran Diosa Zinzyde a las puertas de la ciudad, comienza un enfrentamiento entre bandidos y la guardia por la llave maestra. Quien la obtenga se salvará de la ira helada, pese a todas las vidas que se pueden perder si la ciudad queda desprotegida. En ese momento, los dos jóvenes deben decidir entre sus obligaciones y los sentimientos por el otro, pese a otros seres queridos que también intervendrán en su decisión.

La verdad es que la historia no ha terminado de convencerme. Nada más empezar, ya los dos protagonistas se dan el revolcón y se quieren mucho, pese a llevar, por lo que dan a entender, mucho tiempo en bandos separados. Aunque nos presentan a Zima como el rebelde y el más decidido, su personalidad pasa de ser fuerte a estar llorando por las esquinas. Y Sanya, que parece arrastrarse por todo, es el más borde y cruel.

Por otro lado, el tema del dibujo. Aunque es un estilo muy bonito, me parece un error bastante grave que cueste reconocer a uno de los protagonistas. Zima se reconoce rápido, pero a Sanya le he confundido hasta el final con Var, una de sus superiores, y con Zander, un compañero de Zima. Tenían casi los mismos rasgos, mismo corte de pelo y tonos muy similares. Además, muchos movimientos y escenas no quedan claras, ya que la autora juega mucho con tener viñetas pequeñas o estrechas para intentar darle rapidez y lo estropea un poco.

En definitiva, es una historia que prometía mucho, con un dibujo muy bonito y trabajado, pero que tiene unos protagonistas con los que cuesta empatizar por sus cambios bruscos de personalidad y porque tienen poca diferenciación (al menos Sanya fisicamente). El final era muy esperado, por lo que no me ha sorprendido nada, sinceramente. Ya siento no haber podido disfrutarlo.



Nota: 3/6





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