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miércoles, 18 de agosto de 2021

Restart After Come Back Home

¡Buenas tardes, minna!

Hoy os quiero presentar un manga que me llamó mucho cuando lo anunciaron, sobre todo por el dibujo. No tenía muy claro de qué iba, aunque sabía que de fijo se trataba de dos chicos en un pueblo. ¡Y acerté! La verdad es que me ha sorprendido la historia y el estilo de su dibujante es muy bonito. ¡Vamos allá!


Título: Restart After Come Back Home
Saga: Tomo único
Guión: Cocomi
Traducción: Agnès Pérez Massegú
Dibujo: Cocomi
Editorial: Milky Way Ediciones
Género: Shonen-Ai
Páginas: 210
ISBN: 978-84-18788-18-5
Precio: 8,50 €

“Oye... Aquella vez... ¿por qué me besaste?”
A sus 25 años, y tras una década viviendo en Tokio, Mitsuomi Kozuka se ve obligado a volver a casa de sus padres, en el pueblo donde nació y creció, después de que lo despidan de su trabajo. De repente, se encuentra en aquella tierra rodeada de campos donde no había nada interesante, la cual apenas ha cambiado... salvo por un detalle: Yamato, un muchacho de su edad que, durante sus años de ausencia, adoptó el señor Kumai, un vecino del barrio.
Mientras trata de encontrar un trabajo que sea capaz de conservar y se fortalece su relación de amistad con el sociable Yamato, Mitsuomi empieza a ser más sincero consigo mismo. Y entonces descubre que, bajo la eterna sonrisa de Yamato, también hay mucho dolor...

De acuerdo, comenzamos con la historia. Tras ser despedido de su empleo, a sus veinticinco años Mitsuomi se ve de vuelta en casa de sus padres, en un pueblo totalmente distinto a Tokio, donde lleva desde Bachillerato. Aunque sabe que no le queda más remedio que trabajar en la tienda de su padre, Mitsuomi tiene claro que aceptará el puesto feliz.

Si tener que volver con sus padres le pone de mal humor, aguantar a Yamato es todavía peor. El chico, que es de su edad, fue adoptado por los vecinos y ya es casi como de la familia. Todo el mundo le adora y siempre tiene una sonrisa en el rostro, algo que molesta a Mitsuomi aunque no sabe por qué.

Sin embargo, cada vez pasan más tiempo juntos y ambos encuentran en el otro un apoyo para superar los problemas. Mientras Mitsuomi trata de hacer ver a su padre que quiere trabajar en serio en el negocio familiar, Yamato no sabe si quiere descubrir más cosas sobre sus padres biológicos o sobre su incapacidad para amar.

Y esa es más o menos la historia. Mitsuomi es un chico que, desde joven, estaba deseando escapar del pueblo. Cuando, diez años después, se ve obligado a regresar a casa de sus padres, lo último que quiere es aguantar a Yamato, el hijo adoptivo de su vecino, al que todo el mundo parece adorar y con el que le comparan.

Yamato, además, le trata con una familiaridad que frustra a Mitsuomi, ya que duda de que la sonrisa constante del chico refleje de verdad lo que siente ante cualquier situación. Cuando el viejo Kumai, el “padre adoptivo” de Yamato, tiene un accidente y el joven está a punto de desmoronarse, Mitsuomi decide que estará ahí para su amigo, por el que siente algo extraño.

Sin embargo, hay algo de Yamato que desespera a Mitsuomi. El chico nunca habla de su pasado, no habla de sus sueños o de cómo es el no saber nada de sus padres. Cada vez que Mitsuomi le hace una pregunta personal, Yamato cambia de tema o desaparece. Este, por su parte, se encierra en sí mismo no por falta de confianza.

Tras ser abandonado siendo un bebé y crecer en varios orfanatos, Yamato se dio cuenta de que todo el mundo le miraba con lástima al saber su historia. El chico se sentía inferior, por lo que decidió esconder su pasado detrás de una sonrisa perpetua. Ahora que Mitsuomi forma parte de su vida, teme descubrir que es incapaz de amar, ya que nunca nadie le ha enseñado cómo hacerlo. Y tampoco quiere que su único amigo, por el que igual siente algo, le mire con lástima al conocerle de verdad.

Lógicamente, esos son los primeros resquicios de lo que encontramos en esta historia. La verdad es que me ha gustado cómo reflejan el día a día en un pueblo. Todos se conocen, los rumores corren como la pólvora, miran mal a los de fuera (aunque estos sean agradables y cariñosos) y no llevan bien que dos chicos puedan tener algo.

Nuestros protagonistas, por otro lado, son polos opuestos. Mitsuomi es borde, agresivo, poco expresivo y orgulloso. Yamato, en cambio, es alegre, simpático, tiende a ser cariñoso y es amable con todo el mundo. Además, se esfuerza por ayudar al señor Kumai, el hombre que le adoptó y le enseñó lo que es tener una familia.

A nivel de estilo, el diseño del manga es precioso. Los personajes tienen rasgos muy dulces, sobre todo Yamato, cuyas expresiones de felicidad son casi como las de un niño pequeño. Me ha extrañado que, a nivel de paisaje, apenas hay escenas, cuando podrían ganar puntos siendo un pueblo de primeras acogedor.

Y eso os contaré. Es un manga cuyo dibujo me llamó mucho y cuya historia me ha enamorado. Me da pena que sea tomo único, aunque espero saber más de su dibujante en un futuro cercano. ¡Nos vemos!



Nota: 6/6





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