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martes, 28 de julio de 2020

Puedo oír el sol. Limit #2

¡Buenas tardes, minna!

Al fin pude hacerme con este manga, al que tenía muchísimas ganas. Ahora necesito en mi vida el siguiente (no sé si es el último) aunque aún no hay noticias de la editorial. Habrá que esperar, por mucho que me pese. ¡Comenzamos!


Título: Puedo oír el sol. Limit #2
Saga: Puedo oír el sol #4
Guión: Yuki Fumino
Traducción: Salomón Doncel-Moriano Urbano
Dibujo: Yuki Fumino
Editorial: Milky Way Ediciones
Género: Yaoi
Páginas: 262
ISBN: 978-84-17820-74-9
Precio: 8,50 €

Kôhei vivía atrapado en su propia soledad debido al déficit auditivo que padece hasta que, un día, el vivaracho Taiichi irrumpió en su mundo. Poco a poco, los sentimientos de ambos se convierten en algo más que amistad. No obstante, entre la prometedora carrera de Taiichi y los estudios de Kôhei, les queda poco tiempo para avanzar en su relación, en la cual no dejan de surgir malentendidos.

De acuerdo, retomemos la historia. La distancia entre Kôhei y Taiichi empieza a hacerse grande lentamente. Debido a la compañía de Ryû, que piensa que la gente normal parece sentir la necesidad de proteger a los discapacidad, Kôhei comienza a sentir que Taiichi ha dejado la universidad y sus sueños por él.

Taiichi, en cambio, está preocupado porque Kôhei no le cuenta sus preocupaciones, entre ellas la posibilidad de ponerse un implanto coclear. Además, el descubrir que juega a fútbol sala y que Ryû sabe más de su novio que él, no le hace gracia.

Cuando Kôhei tiene un arrebato y Taiichi, harto, suelta todo lo que piensa, la tensión aumenta aún más entre ellos. Lentamente, los dos mundos que antes estaban unidos se convierten en dos zonas totalmente separadas, interponiéndose entre ellos. A pesar de las buenas intenciones, los dos jóvenes se hieren más con cada palabra que dicen, derivando en una mala situación.

Y esa es más o menos la trama. La historia comienza después de que el abuelo de Taiichi sale del hospital tras el susto de apendicitis. Kôhei, que sigue procesando la forma de ver el mundo de Ryû, cree que Taiichi nunca dejaría todo de lado por él. Sin embargo, cada vez tiene más dudas y la cercanía del pelinaranja no ayuda.

Por otro lado, Taiichi intenta centrarse en su trabajo, pero no consigue dejar de pensar que su novio le oculta cosas y no comparte con él sus preocupaciones. Cuando descubre que Kôhei se ha apuntado a fútbol sala y que, además, le ha contado a Ryû lo del implante, se enfada pero intenta llevarlo bien. Todo se vuelve aún más tenso cuando todo el grupo se encuentra y descubren que Chiba, el jefe de Taiichi, es el hermano mayor de Ryû.

Durante la presentación del videojuego del pelinaranja, a la que Kôhei y Taiichi acuden entusiasmados, el primero descubre una verdad que siempre ha ignorado: que Taiichi, por ser normal, puede llegar a ser el blanco de las burlas de la gente sorda, que usa la lengua de signos para reírse de él a sus espaldas. Furioso, saca a Taiichi del local y salen corriendo, momento en el que se dicen cosas serias a la cara. Taiichi, que solo quiere ayudar, termina confirmando que entró en su trabajo para ayudar a Taiichi, no porque él quisiera.

En ese momento, la relación se enfría aún más. Por un lado, Kôhei se siente como una carga para Taiichi y cree que lo único que conseguirá, si siguen juntos, es que el otro se amargue. Taiichi, en cambio, descubre que quizá sus buenas intenciones solo han aumentado los miedos y las imperfecciones de Kôhei, por muy buena intención que tuviera ayudándole.

La verdad es que es un tomo que da mucho que pensar. Se centra mucho en el mundo laboral y en las dificultades que tiene la gente con discapacidad. El mero hecho de ser sordo hace que un hombre en busca de talentos rechazase a Kôhei, a pesar de que el chico sigue siendo guapo igualmente. Cuando Taiichi se lanza a defenderle, el otro se siente aún más insultado e indefenso.

Entiendo la perspectiva de ambos, pero también creo que lo piensan demasiado. Kôhei es el que más se preocupa, provocando que su mundo junto a Taiichi se rompa aún más. Aunque el otro lo hace todo con buena intención, solo ve sus acciones como insultos y menosprecios por ser sordo. Y eso, lógicamente, lleva a más problemas y disgustos.

El final me ha dejado muy frío, pero espero que el siguiente volumen llegue pronto y las cosas mejoren un poco. El personaje de Ryû, desencadenante de todo, sigue sin gustarme, aunque también en este tomo se comprende un poco más por qué es como es. También vemos más avanza entre Yasuda y Maya, a pesar de ser bastante secundarios. Me gustan como pareja jejejeje. ¡Nos vemos!

 

Nota: 6/6


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