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miércoles, 22 de enero de 2020

Black Torch #3

¡Buenas tardes, minna!

Vuelvo con una nueva reseña de Black Torch, la historia sobre la agencia especial encargada del control sobre los mononokes y la aventura del chico, mitad humano mitad mononoke, cuyo destino está ligado a una poderosa criatura. ¡Comenzamos!


Título: Black Torch
Saga: Black Torch #3
Guión: Tsuyoshi Takaki
Traducción: Adrià Saborido
Dibujo: Tsuyoshi Takaki
Editorial: Norma Editorial
Género: Shonen
Páginas: 192
ISBN: 978-84-679-3599-8
Precio: 8,00 €

Durante el entrenamiento para contrarrestar técnicas de aura, Ragô y Jirô tropiezan con un mononoke llamado Amagi en el mundo oculto. En el pasado, Amagi había invitado a Ragô a luchar a su lado para hacer frente a la cacería de mononoke del gobierno, pero este rechazó su proposición...

De acuerdo, retomamos la historia. Como parte del entrenamiento, Jirô, Ichika y Reiji han de someterse al poder de Fuyô y su aura espectral para aprender a soportar las habilidades de los mononokes. Aunque Ichika y Reiji salen rápidamente de la ilusión, algo pasa con Jirô y el campo espectral en el que se encuentra.

Dentro de la flor de loto espectral, Jirô y Ragô se enfrentan a una versión descontrolada del mononoke, que les muestra un recuerdo. En él, la pérdida nubló el raciocinio de Ragô, que era el guardián de un poblado, y él mismo se encierra en la piedra de la hecatombe para no tener que escoger bando.

Por otro lado, un personaje familiar aparece en el recuerdo y podría ser el culpable de todo lo que está pasando. Poco después, una enorme barrera cubre una de las barriadas de la ciudad y los tres aspirantes deberán entrar y capturar al culpable, así como salvar a los civiles. Lo que no saben es que dentro hay varios enemigos esperándoles.

Y ese es el tomo. Comenzamos con Ichika y Reiji ya fueron de las flores de loto de Fuyô. Jirô, sin embargo, sigue dentro enfrentándose a una bestia oscura gigante. Sin saber por qué, la mononoke pierde el control sobre su poder, por lo que el chico solo podrá salir de allí si derrota a su enemigo. Cuando cree que va a ser derrotado, Jirô escucha hablar a la bestia, que le arrastra a una visión.

Tanto Jirô como Ragô aparecen sobre el 1730 en un poblado donde Ragô era adorado como la deidad protectora. Aunque el gato siempre se quitaba honores, los aldeanos le querían y le hacían ofrendas. Un día apareció Amagi, otro mononoke que rivalizaba en poder a Ragô, y le explicó la existencia de los Oniwaban, los antepasados de la agencia especial, un grupo de guerreros organizados que estaban matando mononokes. Amagi pidió ayuda a Ragô, pero este no eligió bando.

Al día siguiente, Amagi volvió con la cabeza de uno de los aldeanos, mientras sus secuaces mataban a todos. Ragô, que siempre había protegido a esa gente, se culpó por la matanza y, tras perder el control y arrancarle un brazo a Amagi, se selló a sí mismo en la piedra de la hecatombe.

Cuando vuelven al presente, ya fuera del poder del Fuyô, vienen con nueva información: Amagi es el hombre que liberó a Ragô y le habló a través de una tablet. Pero no hay tiempo para procesar todos los nuevos descubrimientos: una barrera espiritual ha cubierto todo un distrito de la ciudad y el cuerpo especial ha de entrar en acción.

Jirô Ichika y Reiji entran en la barrera con las órdenes claras: atrapar al culpable, quitar la barrera y salvar a los civiles. Lo que los chicos no saben es que dentro de la barrera les esperan cuatro mononokes muy poderosos, entre los que se encuentra uno muy ligado a uno de los chicos. Por otro lado, los poderes de Ragô siguen creciendo, algo que no debería suceder porque no se está alimentando de la esencia vital de los humanos... ¿O sí?

La verdad es que es un tomo que mezcla parte de trama importante un varias peleas. Ichika sigue siendo una de los personajes que más me gustan. Por otro lado, Jirô descubre nuevas habilidades ligadas al poder de Ragô, aunque las consecuencias de usarlas se descubren más tarde. Me sigue haciendo mucha gracia el estilo de las viñetas cuando los personajes están tranquilos, pero discutiendo entre ellos. Hay varias escenas de estas entre Jirô y Fuyô, ya que el chico la ve como una niña en vez de una mononoke.

Y eso os contaré. La historia consta de cinco tomos, por lo que hemos pasado ya la mitad con este. Es una trama que me está gustando bastante y me resulta original, sobre todo por la unión humano-mononoke. A ver qué nos traen los otros dos tomos. ¡Nos vemos!


Nota: 6/6


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