De acuerdo, comenzamos con la historia. Noboru Akashi es un joven universitario que tiene dudas sobre su sexualidad. Aunque ha salido con chicas, no termina de sentirse atraído por ellas. Cuando les cuenta sus dudas a sus amigos, estos le aconsejan que pruebe a tener algo con un gay de verdad.
Aunque de primeras parece una tontería, Noboru decide intentarlo al descubrir que uno de sus compañeros de clase, Yagi, es gay. Antes de poder echarse atrás, se acerca al chico en el pasillo y le pide hablar en privado. Lo que menos espera es que Yagi le bese sin avisar al confundirle con un chico al que ha conocido por internet.
En ese momento, ambos llegan a un acuerdo. A cambio de mantener su homosexualidad en secreto, Yagi le ofrece a Noboru ser su follamigo. Noboru acepta y ambos comienzan a experimentar cada dos por tres. Sin embargo, lo que uno ve como un juego se convertirá en una pesadilla para el otro en el momento en el que los sentimientos empiezan a surgir.
Y esa es la historia. A pesar de haber salido con chicas para intentar comportarse como un adolescente normal, Noboru Akashi tiene dudas sobre si es gay o no. A sus amigos les encanta salir de fiesta y ligar, pero él se siente incómodo. Cuando durante una clase les confiesa sus dudas, estos le aconsejan probarlo con un gay de verdad. Además, uno de ellos iba al instituto con Yagi, uno de sus compañeros de clase, el cual según los rumores se confesó a su mejor amigo.
Siguiendo el consejo, Noboru se acerca al chico durante una de las pausas entre clases y le pide hablar en privado. Justo cuando entran en una sala vacía, Yagi besa a Noboru, que retrocede nervioso sin entender lo que ha ocurrido. Cuando logra hablar, descubre que Yagi le ha confundido con un desconocido con el que ha contactado por internet, admitiendo que es gay. Noboru, cuya intención era pedirle consejo y que experimentase con él, termina aceptando una relación de follamigos a cambio de fingir en público que no se conocen.
Sin embargo, no todo es tan fácil. Aunque al principio los dos chicos se acuestan en privado y van por separado en la universidad, Noboru no está cómodo. Yagi es distante, apenas habla de sí mismo y es cortante cuando se cruzan entre clases. Además, en cuanto tienen sexo le pide que se vaya e ignora sus consejos sobre comer mejor.
Un día, Yagi cede ante las preguntas de Noboru y le dio dónde trabaja para que le vaya a buscar. Cuando una de sus compañeras de trabajo menciona a otro hombre, Noboru comprende por qué se siente así: él es simplemente otro tío más para Yagi, un juguete del que algún día se cansará.
Aunque Noboru planea distanciarse de Yagi para no terminar herido, este le cuenta su historia, lo que explica su miedo a hacer pública su sexualidad y su nulo interés en tener una relación seria. En ese momento, Noboru decide expresar sus sentimiento, aún sabiendo que no va a ser correspondido.
La verdad es que es una historia que me ha generado sentimientos enfrentados. Por un lado, la trama avanza hasta un punto bastante bonito, donde ambos protagonistas terminan siendo felices, pero el desarrollo no me ha gustado. Me ha parecido una relación bastante tóxica, ya que Noboru es primerizo en tener algo con chicos y Yagi llega a ser muy cruel con él (aun sin saberlo a veces).
Los dos chicos son bastante distintos. Noboru es emotivo, amable y muy tímido. Confía en sus amigos, por lo que no tiene problema en confesarles sus preocupaciones. Yagi, en cambio, es solitario, frío y distante, aunque gran parte de su personalidad se oculta detrás de una máscara cruel.
En temas de dibujo, es un Yaoi bastante suave. Aunque hay escenas sexuales, están muy censuradas y no son muchas, por lo que no tiene una gran relevancia para la historia. Me ha gustado el diseño de Noboru, cuyos rasgos son bastante dulces y tiernos. Supuestamente Yagi es un chico muy guapo, o eso dicen en la historia, pero no me ha parecido que tenga un diseño tan llamativo.
Y eso os contaré. Es un manga que no está mal, aunque tampoco ha sido de mis favoritas. La relación al principio es demasiado tóxica para mi gusto, sinceramente. Eso sí, el diseño me gusta, por lo que no tendría problema en leer más cosas de la dibujante. ¡Nos vemos!
Nota: 4/6