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miércoles, 20 de septiembre de 2017

Noragami #2

¡Buenas tardes minna!

Vamos con una nueva reseña de esta increíble historia, que avanza poco a poco pero sin pausa. Noragami es una serie que me gustó desde el principio y que me gusta mucho (mi móvil tiene muuuuchas fotos del anime), así que me gustaría intentar hacer la colección (mi cartera llora). Así que... ¡Vamos allá!


Título: Noragami
Saga: Noragami #2
Guión: Adachitoka
Traducción: Olinda Cordukes
Dibujo: Adachitoka
Editorial: Norma Editorial
Género: Shonen
Páginas: 200
ISBN: 978-84-679-2123-6
Precio: 8 €

Tras su encuentro con Yato, una deídad que busca ascender en el escalafón divino, la vida de Hiyori da un cambio radical al convertirse en un ser atrapado entre dos mundo. Se supone que Yato podría ayudarla, pero... ¡cualquiera se fía de ese dios tan caprichoso!

De acuerdo, vamos con la historia de este segundo tomo. El anterior acabó con Yato convirtiendo a un alma aún pura, Yukine, en su Shinki, un arma utilizada por un dios. Sin embargo, Yukine es joven, por lo que la tentación es fuerte en él. Como murió a los 14 años, todo el tema del bien y el mal aún es inestable, por lo que el chico aprovecha su situación de "espíritu" para robar. 

Lo que no sabe es que todo acto injusto por parte de un Shinki daña a su dios, haciéndole sufrir y corrompiéndole poco a poco. Hiyori, que al principio no entiende esto, defiende a Yukine y le malcría, sin saber cómo le está afectando a Yato.

Para colmo, Hiyori y Yukine descubren que Yato era un dios de la guerra asesino que mató a un Shinki años atrás, granjeándose un terrible enemigo, el cual no tarda mucho en aparecer para buscar venganza.

Y no quiero contaros más, a ver si os voy a hacer spoilers. Algo que me ha gustado de este tomo es que nos explican más la labor de un Shinki, su relación con su dios, nos muestran más dioses y nos explican un poco más sobre los Ayakashi y y demás espíritus malignos.

Aparte de nuestro trío protagonista, en este tomo conoceremos a Tenjin, dios de los estudios, y sus armas; a Kofuku, una diosa un poco cortita, y su arma Daikoku; y a Bishamon, diosa de la guerra, que hará cundir el pánico en la ciudad. Todos estos personajes darán pistas sobre cómo era Yato, por lo que Hiyori no sabe si verle como el dios de la guerra asesino o el dios vagabundo que es ahora. Lo único que sabe: los dioses huelen muy bien.

Para colmo, Yato sigue sin hacer nada para ayudar a Hiyori, que sigue quedándose dormida y separándose de su cuerpo. Poco a poco, la chica aprende las ventajas que tiene ser un espíritu, a pesar de que si pierde su cola se desligará de su cuerpo. La joven a veces teme a Yato, sus expresiones, algunas frases... y aún así algo dentro de ella hace que quiera confiar en él.

El dibujo se mantiene igual que en el primer tomo, con ese diseño característico que comentaba que hace resaltar los ojos. Incluso podemos distinguir a los dioses de los humanos por sus ojos, los cuales parecen ser de un color plano e impactante.

Este segundo tomo todavía es en parte una introducción, presentando a más personajes que serán importantes y enseñándonos más sobre los dioses y sus Shinkis. He notado que me ha faltado algo en comparación con la acción del primer tomo, pero también que se ha centrado más en dejar claras las personalidades de los tres protagonistas y los lazos que van surgiendo entre ellos. Espero poder traeros pronto el siguiente, que aún no le tengo.

 

Nota: 4/6


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